1984 en el 2022

Por: Andrés Rodríguez

1984 es una de las grandes obras literarias de George Orwell escrita entre 1947 y 1948, obra que se desarrolla en un futuro distópico, precisamente en el año de 1984. Se ha considerado como una novela que describe lo peor de un futuro al que nadie quisiera pertenecer, una novela que nos debiera prevenir de un futuro que nos alcanza todos los días.

Lamentablemente, me temo que no ha logrado ese cometido. Si George Orwell viviera, posiblemente vería plasmado ese mundo ficticio en nuestra moderna realidad. Vamos a develar los puntos estructurales de la novela y los vamos a referir a nuestra realidad, en México, al día de hoy. Y no es vital haber leído la obra antes de adentrarnos en esta comparativa, las similitudes casi saltan por sí solas.

El Gran Hermano

Primero, la figura del Gran Hermano, la figura del ser vigilante, omnipresente, comandante y juez supremo, líder de la revolución. No puedes pensar diferente a él, es a quien todos deben obedecer siempre, el líder del partido Ingsoc (Inglés Socialista) que gobierna la superpotencia de Oceanía (que comprende todo el continente americano, Australia, Nueva Zelanda, el Reino Unido e Irlanda). El rostro del Gran Hermano está presente en todos los edificios, en todos los pasillos, en todos los carteles, siempre está su imagen cerca de ti.

El líder del partido en el poder, claro que la figura del Gran Hermano es el presidente López Obrador, líder de la revolución, digo, de la Cuarta Transformación. Su imagen y su propaganda, incluida la propaganda de Morena, la podemos encontrar en todos lados. Transporte público, espectaculares, lonas, letreros en las paredes, en postes de luz, puentes, etc.

La propaganda también está en la famosa conferencia mañanera, en los informes extraoficiales, páginas oficiales de las dependencias de gobierno, los medios carentes de crítica y repletos de adulación, las anticipadas precampañas para el 2024 y las inauguraciones vacías.

Vigilante, siempre el estado, con instrumentos como la fiscalía general de la república y la unidad de inteligencia financiera, atentos a cualquier elemento que pueda resultar una amenaza para el régimen, digo, el movimiento, la cuarta transformación y poder hostigar a los involucrados en la “amenaza”, con investigaciones fiscales o judiciales.

Los lemas del partido Ingsoc

El partido tiene tres lemas que guían las acciones de todos los miembros del partido para poder mantener el orden en la población. “Guerra es paz, libertad es esclavitud, ignorancia es fuerza”.

Guerra es paz. Este lema ayuda a mantener focalizada la atención, la unión de las personas y su enojo hacia un enemigo, para quitar al estado como objetivo del descontento la población. Aquí remarcamos a los culpables de los problemas en México según el presidente, quienes quieren desestabilizar a la cuarta transformación. Y tocaremos el tema de guerra más adelante.

Libertad es esclavitud. Con este lema se preserva la idea de que las personas bajo condición de esclavitud viven libres, con la única preocupación de seguir las órdenes que les son dadas. En México encontramos el número de personas que viven en condición de pobreza aumentando, recibiendo programas sociales de mano “directa” del presidente.

Cuando se arroja el mensaje de que buscar superarse e intentar llegar a la clase media o media-alta es un ideal egoísta y aspiracionista, los programas sociales sirven de gancho para garantizar la presencia de personas que apoyan al partido en mítines y celebraciones, proveyendo a las personas sólo con lo básico, con lo que necesitan, sólo por asistir y vitorear. Y claro, debemos mencionar que esta maña sólo fue muy bien aprendida de lo que fue el régimen priísta en su momento.

Ignorancia es fuerza. Este punto nos es familiar y mi familia me lo ha hecho entender desde antes de que leyera la obra. Dicho en sus palabras, “el gobierno quiere tener a la gente ignorante para poder controlarla mejor, porque la gente ignorante no piensa críticamente y no tiene ideas, viven con lo que les den”. Vaya que son palabras que siempre recordaré.

Hoy por hoy tenemos universidades del bienestar (según, porque ni siquiera están terminadas), no tenemos escuelas de tiempo completo, tenemos los buscados y cuestionados cambios a los libros de texto gratuitos. Además, resultado de la crisis sanitaria, existe una deficiencia en el desarrollo de los modelos de educación en línea; las consecuencias en el aprovechamiento escolar podrán ser observadas en unos cuantos meses o años.

También tenemos la emisión del acuerdo para que la calificación mínima desde kínder a secundaria, al menos por el ciclo escolar 2021-2022 sea de seis. Bueno, el mismo presidente lo dijo, las personas que menos votaron por Morena en las elecciones intermedias del 2021 en la CDMX eran personas “de licenciatura para arriba”.

Los Ministerios

Dentro de la novela, el partido Ingsoc mantiene el orden, el control, el poder y mantiene vivos sus lemas gracias a 4 ministerios con tareas específicas, con los que logran adentrarse en el dominio de los ciudadanos.

El Ministerio de la Abundancia. Este ministerio se dedica a mantener una economía planificada en el supercontinente, la cual preserva en los ciudadanos un estado de subsistencia gracias al racionamiento de los insumos diarios a la población, como cigarrillos de la victoria o la ginebra de la victoria; insumos que de alguna manera ayudan a “apaciguar” la inquietud de la gente.

Aquí sólo cambiemos abundancia por bienestar, secretaría del bienestar, banco del bienestar, becas del bienestar, préstamos del bienestar, pensiones del bienestar, tandas del bienestar, etc. Programas sociales que, en su mayoría, son sí, un apoyo, pero también resultan un ancla en el desarrollo económico de los beneficiarios o un instrumento de condicionamiento del voto. Programas que, a su vez, limitan la capacidad de inversión del estado en proyectos que ayuden a financiar los mismos programas sociales (bien planificados) o las necesidades urgentes del país.

El Ministerio de la Verdad. La labor de este ministerio es adecuar todo el entorno y todas las circunstancias para dotar al gobierno de veracidad absoluta. El ministerio controla toda publicación y toda fuente de información para que la única versión veraz pueda ser la versión oficial del estado.

Actualmente existe un Quién es quién en las mentiras de la semana, tenemos “otros datos”, descalificaciones hacia académicos, periodistas y cualquier crítico, tenemos inauguraciones de obras empezadas, resultados de papel, tenemos conteos incompletos, medios afiliados y seguidores reales y digitales amplificando los mensajes del presidente sin ningún extracto crítico, al más puro estilo de las ovejas en Rebelión en la Granja (texto que también valdría mucho la pena analizar). Simpatizantes, miembros del gobierno y, en mayor constancia, el presidente tratando la máxima de la estrategia de la aguja hipodérmica, “una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad”.

El Ministerio de la Paz. La guerra es paz, es el lema que defiende este ministerio, que logra la paz al interior de Oceanía manteniendo una guerra perpetua en contra de cualquiera de los otros dos supercontinentes.

En esta guerra siempre se ven involucrados los tres supercontinentes, siempre dos aliados contra el otro y a lo largo de la historia, los supercontinentes se traicionan y camban de bando constantemente pero siempre manteniendo la posición de guerra hacia alguien más. En México no tenemos un ministerio de la paz, pero tenemos a los conservadores, a los expresidentes, a los aspiracionistas, al pasado neoliberal, a los conspiradores, al intervencionismo de Estados Unidos, a los malos periodistas, a los golpistas, a los saboteadores.

Siempre hay una persona u organización culpable de todo lo malo que ocurre en el país, no hay error alguno en la gestión, todo mal proviene de algún agente externo, de algún “enemigo”.

El Ministerio del Amor. Este ministerio es mi favorito, ya que se encarga de corregir el comportamiento y las ideas de quienes no obedecen al partido y de quienes no piensan igual al Gran Hermano. Es mi favorito, no por su fin, claro; sino porque es el punto de inflexión que revela y delata a los instintos dictatoriales y a la intolerancia.

Cuando una persona no se permite analizar una opinión diferente, cuando osa descalificar sin fundamentos, cuando arremete contra la crítica y la realidad, cuando se acoraza en la fuerza física y la fuerza civil, sabes que esa persona ha perdido a nivel cognitivo. Esto en México ocurre todos los días, tal vez no de una forma radical, pero sí de una forma incisiva, todos los días, en punto de las 7:00 am.

Si no estás de acuerdo a lo que dice el gobierno, eres descalificado, acusado de ser un opositor vendido a los intereses de quienes buscan el fracaso del país. Si exiges tus derechos eres parte de una organización golpista que vela por los beneficios de unos cuántos. Si cuestionas, preguntas o alzas la voz, eres señalado, vulnerado, atacado mediáticamente para que desistas de atacar la “realidad” del presidente.

En palabras del mismo presidente, “…nada de medias tintas… o se está con la transformación o se está en contra de la transformación del país”, refiriéndose a su gobierno. Así, sin medias tintas, cerrando línea de debate, reflejando su interés de mediar los problemas del país desde su sola perspectiva, colocando bandos y nombrando su cuartel como el del “Pueblo Bueno”.

De vuelta a México

Faltan algunos otros aspectos dignos de incluir en esta comparativa, pero para no hacer la nota aún más larga, dejaremos esto como ejercicio al lector. Si no han leído 1984 antes de leer la nota, recomiendo ampliamente que lo hagan, así podrán constatar y contrastar nuestra realidad y la que pintaba Orwell atinadamente.

Claro que, por fortuna, nuestro presente aún no es tan distópico, pero como les mencionaba, la novela puede servir como advertencia de lo que puede pasar si dejamos de vigilar, señalar, criticar y proponer ante cualquier gobierno que tengamos. No podemos esperar a llegar los extremos y tal vez al leer o recordar esta novela, se darán cuenta de que no estamos lejos de los extremos.

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