Por: Irma Isabel de la Puente Arellano
“Busco habitación dónde rentar en lugares céntricos, soy extranjera y hago home office, presupuesto $15,000”; “Se renta habitación en Col. Narvarte, $6,500 mensuales”; “Renta de departamento en colonia muy céntrica, 2 recámaras, $28,000 mensuales”. Estos son algunos de los muchos anuncios que se ven diariamente en grupos de redes sociales, de personas jóvenes en busca de un lugar donde vivir. Pero ¿qué es lo alarmante de este tipo de anuncios? Desde hace unos años, el mercado inmobiliario es de los más caros que existen, pero posterior a la pandemia por la COVID-19, los precios se exacerbaron aún más, orillando a la gente joven a buscar “roomies” o compañeros, para poder pagar rentas mensuales en departamentos que se encuentren en lugares céntricos o con vías rápidas de transporte público.
Primero lo primero.
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¿Por qué el aumento excesivo en las rentas de departamentos en la CDMX?
A raíz de la pandemia, la gran mayoría de trabajadores experimentamos el llamado home office, el cual permitió trabajar de manera remota desde otro sitio. Bien, en muchas empresas esta modalidad llegó para quedarse, lo cual permitió que surgiera el fenómeno de “nómadas digitales”, es decir, extranjeros que migran a las colonias mejor ubicadas y más caras de la CDMX, permitiendo que la alta demanda haga que los precios se incrementen. En colonias como La Roma, La Condesa, Escandón, Del Valle, entre otras, es posible caminar por sus calles y observar a una cantidad sorprendente de extranjeros de todas nacionalidades. Ya sean canadienses, estadounidenses, franceses, alemanes, etc., muchos llegan a la CDMX a establecerse.
Los mexicanos jóvenes que intentan establecerse cerca de sus trabajos localizados en zonas céntricas, al verse imposibilitados de pagar un alquiler tan caro, optan por vivir en zonas periféricas de la Ciudad, recorriendo de 2 a 3 horas diariamente para poder llegar a sus trabajos o escuelas. Recordemos que el salario mínimo mensual en México es de $6,200 pesos aproximadamente, es decir, el mismo precio que piden por la renta de un cuarto pequeño en zonas céntricas de la Ciudad. A esto añadimos las estrictas exigencias que muchas inmobiliarias piden para la renta de un departamento, las cuales generalmente son uno o dos avales, un mínimo de ingresos mensual (aproximadamente se debe de ganar el triple de la renta), pólizas jurídicas, depósitos en garantía, etc.
De la inversión extranjera…
Ahora bien, las zonas periféricas también están altamente gentrificadas y también se han visto expuestas a la subida de precios en las rentas. Si bien, los precios no son comparables a zonas céntricas, también han denotado una fuerte crisis inmobiliaria, donde no hay un control que haga un balance entre el salario mínimo en México, y los precios de las rentas. A pesar de la insistencia en este tema, el gobierno no ha prestado la debida atención para formular políticas que regulen al sector inmobiliario.
Por otro lado, muchos extranjeros llegan también a invertir en México, ya sea en restaurantes de comida extranjera (la colonia Condesa es un claro ejemplo), en tiendas de productos extranjeros, spas, o en obras más grandes como empresas de mercadotecnia o de infraestructura. Así pues, muchas de las inmobiliarias también son extranjeras, lo cual hace que realmente México no crezca más que a un nivel lento y demasiado progresivo.
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No solo se trata del aumento excesivo de precios en las rentas, sino también de la mezcla cultural tan grande, del aumento de precios en otros productos que ahora pueden ser hasta exóticos, de ver que cada día más restaurantes adecuen sus menús en inglés y de que muchos artículos que antes eran considerados de las clases más bajas, ahora se puedan encontrar en zonas caras de la ciudad de México (por supuesto, a precios también excesivos). El hecho de que los extranjeros cobren en dólares y aquí paguen en dólares, propicia que los precios se eleven y por lo mismo, la vida sea más cara.
Fotografía: UNAM Global