Por: Armando Hernández Cruz
Una de las mayores problemáticas en México y en todo el mundo es la desnutrición. Según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidad para la Agricultura y la Alimentación mejor conocida como FAO, estima que a nivel mundial entre 720 y 811 millones de personas enfrentan hambre. Mientras que en México el Consejo Nacional de Evaluacion de la Politica de Desarrollo Social (CONEVAL) estima que el 23.5% de la población mexicana vive en una pobreza alimentaria, de los cuales 881,752 son infantes que padecen de una desnutrición crónica, es decir, los niños menores de 5 años tienen un retraso en su crecimiento.
El derecho humano a la nutrición está consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 del cual México es parte. Así mismo, nuestra carta magna en los artículos cuarto y segundo establece no solo el derecho que se tiene al acceso a una alimentación nutritiva, eficiente y de calidad, sino también la obligación que tiene el Estado de garantizar esta.
Sin lugar a dudas, este es un enorme problema que debe de ser combatido y erradicado, especialmente en un sector tan vulnerable como son los niños, pues la falta de una correcta alimentación es una situación que repercute en otros aspectos del desarrollo del infante, como pueden ser; problemas de aprendizaje, obesidad o desnutrición, enfermedades y problemas para la inserción en la vida laboral, estos no solo son problemas que tienen un repercusión en la vida joven de la persona, sino que también afectan en la vida adulta de la misma.
La desnutrición no es solo un problema que afecta al individuo en lo particular, sino que también le afecta en lo colectivo, es decir, le afecta directamente al Estado, pues la problemática de la desnutrición tiene un fuerte impacto en el desarrollo económico y social de los países. En el caso concreto de México, esta situación representa la pérdida del 2.8% del PIB anual.
Pese a que México es un país en vías de desarrollo y miembro del G20, junto con Brasil encabezan la lista de los países de América Latina con un mayor índice pobreza y desnutrición, así lo señalo el Banco Mundial.
Lo mas cuestionable de todo esto, es que, pese a que nuestra Constitución lo contempla como un derecho humano y que México es parte de diversos tratados internacionales en la materia, lo cierto es que hace falta una ley reglamentaria al artículo cuarto constitucional en materia del derecho a la nutrición.
Flor de loto: Es por esto por lo que en México urge se comience a legislar en la materia, así como la implementación de más políticas públicas y programas sociales que provean y garanticen este derecho humano.
