Por: Angélica Salazar Lara
El desarrollo acelerado de las aplicaciones que hacen uso de la inteligencia artificial es cada vez más frecuente en este mundo globalizado e hiperconectado en el que nos encontramos, en el cual los riesgos que ello representa muchas veces suelen pasar desapercibidos o no se les analiza con la importancia que se requiere. Al respecto, algunas organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, han alertado sobre las potenciales afectaciones a los derechos humanos que pueden presentarse si no se toman las medidas correspondientes.
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Las implicaciones de la inteligencia artificial
Asimismo, personas expertas en tecnología e inmersas en esta disciplina han manifestado su preocupación en torno al desarrollo no regulado de inteligencia artificial, evidenciando la necesidad de contar con una regulación específica en la materia, que permita una adecuada rendición de cuentas para que se promueva el uso responsable de la misma a través de procesos transparentes. Esto a su vez conlleva a que reflexionemos sobre las implicaciones que la inteligencia artificial tiene en diversos ámbitos de nuestra vida, máxime si pretenden realizar actividades que antes se creían exclusivas de los seres humanos como razonar, resolver problemas o aprender.
Ahora bien, de acuerdo con los resultados obtenidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mediante la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), en el año 2021, en México había 88.6 millones de personas usuarias de Internet, lo que equivale al 75.6% de la población mexicana, siendo el grupo de 18 a 24 años el que concentra el mayor porcentaje y el que pasa más horas conectado a internet con un tiempo promedio de 6.3 horas por día.
Esto significa que siete de cada diez personas en México tienen acceso a un dispositivo con internet, lo que pone de manifiesto la necesidad de ser conscientes sobre los posibles riesgos que se pueden presentar: como puede ser aceptar y dar nuestra información personal sin cerciorarnos de la finalidad y el destino que tendrá. No hay que perder de vista que, conforme a la última Encuesta Nacional de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (ENAID), solamente el 10.2% de las y los mexicanos identifica la Ley que protege sus datos personales y únicamente el 3.9% presentó una queja por el uso indebido de los mismos.
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Por tanto, en esta era tecnológica en la que la automatización de procesos de toma de decisiones y de actividades de diversa índole que se llevan a cabo con mayor frecuencia a través de las computadoras, es de suma importancia que nos reconozcamos el valor de nuestra información personal, así como las potenciales vulneraciones que podríamos sufrir a nuestros derechos humanos ante el uso de inteligencia artificial para exigir a las autoridades que asuman su responsabilidad y garanticen una adecuada regulación.
Fotografía: InMotion